"Estamos en un momento sin precedentes a nivel histórico", afirmó Xavier Ferràs, profesor del departamento de dirección de operaciones, innovación y data sciences de ESADE, y protagonista del encuentro digital.

No tiene precedentes por dos motivos: porque los cambios se desarrollan por primera vez a una escala auténticamente global y porque su impacto se deja sentir por igual en los ámbitos científico-tecnológico, económico y político.

Además de las transformaciones en cada uno de estos ámbitos, el ponente también vaticinó cómo serían las relaciones entre ellos en el mundo post-COVID. Tal com él mismo apuntó al inicio su intervención, su método expositivo consistiría en “conectar los puntos”. El resultado: una excepcional visión de conjunto.

UNA CIENCIA CENTRADA EN OBJETIVOS PRÁCTICOS

La primera gran transformación está teniendo lugar en el mundo de la investigación científica. “En el paradigma existente cada uno puede investigar lo que quiera y de alguna forma todo es prioritario”, señaló Ferràs. Otra característica de este paradigma se resume en la frase “publica o muere”. El prestigio en la comunidad científica se basa en el número de citas que recibe el documento de un investigador.

Según Xavier Ferràs, la llegada del COVID-19 rompe con el esquema vigente “porque cambia las reglas del juego”. Ahora sí que existe una prioridad indiscutible a la que la ciencia debe dar respuesta: “la consecución de una vacuna en el menor tiempo posible”. Y para cuando llegue se plantea otra no menos importante: “¿tendremos capacidad de manufacturarla a gran escala?”.

La investigación científica del futuro se basará más en la cooperación y menos en la competencia. Todo ello para ganar efectividad en la consecución de objetivos prácticos. Ferràs citó la reciente dimisión de Mauro Ferrari, director del Consejo Europeo de Investigación, como un ejemplo de esta nueva sensibilidad. Ferrari dimitió decepcionado por la falta de coordinación y de sentido pragmático de los estados miembros ante el COVID-19.


LA TECNOLOGÍA COMO FACTOR ESTRATÉGICO DE LA COMPETICIÓN GLOBAL

La línea pragmática y cooperativa de la investigación científica es compatible con el hecho de que el desarrollo tecnológico sea cada vez más un elemento de disputa entre los países para conseguir una posición preeminente. “La competición global es sobre tecnología”, aseguró el experto de ESADE.

La hegemonía creciente de Asia frente a los Estados Unidos y Europa que se ha puesto de relieve en la lucha contra el COVID-19. Ferràs habló de las “3 D” que ilustran cómo cada actor ha tratado el problema: “disciplina en Asia, descoordinación en Europa y Darwinismo en Estados Unidos”.

El modelo de acción más exitoso contra el virus ha sido el de Corea del Sur. “Su respuesta ha sido muy rápida y ha puesto énfasis en la cooperación, la coordinación y la comunicación”, destacó Xavier Ferràs.

Pero Corea del Sur no ha brillado en esta crisis solo por cualidades como la voluntad. El factor clave ha sido, “comprender que la inversión en tecnología era una cuestión estratégica”. Esta comprensión debe traducirse en dedicar un porcentaje del PIB lo más elevado posible a la I+D. Alemania destina, por ejemplo, más del 3%. España, poco más del 1%.

Otra clave estratégica es favorecer la investigación en aquellos ámbitos tecnológicos que más retorno puedan ofrecer social y económicamente por su condición de catalizadores del cambio. Aquí Xavier Ferràs citó dos ejemplos paradigmáticos: la Inteligencia Artificial (IA) y el 5G.

China es quien mejor ha comprendido el papel revolucionario de la IA invirtiendo más de 100.000 millones de euros en su desarrollo. La influencia de la IA abarca ámbitos tan distintos como la Industria 4.0; la gestión optimizada del tráfico con los vehículos autónomos; o las mejoras en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades.

El 5G, por su parte, ofrece redes de comunicación más potentes y flexibles que las actuales. La transmisión de todo tipo de flujos de información en tiempo real y sin latencia es clave en aplicaciones como la cirugía a distancia. Tanto la AI como el 5G son la base para nuevos modelos de negocio. “El conocimiento es prosperidad”, indicó Ferràs.

La pugna por estas nuevas tecnologías explica en buena parte la batalla comercial que se está librando entre China y los Estados Unidos.

LA REDISTRIBUCIÓN DEL PODER MUNDIAL Y LOS SUPERCLUSTERES 

Xavier Ferràs indicó que los “Estados Unidos están cada vez más nerviosos frente a la posibilidad de una hegemonía tecnológica China”. Episodios como la detención en Canadá de la presidenta de la compañía Huawei se enmarcarían en este contexto.

El ponente se preguntó hasta qué punto esta “guerra” por el dominio de las tecnologías más estratégicas alterará el actual equilibrio de poderes y el modelo de globalización vigente. En este sentido, no descartó la posibilidad de un “telón de acero digital” entre las potencias rivales y auguró que “esto podría terminar con la libre circulación de conocimiento científico y tecnológico a escala universal”.

Respecto al primer punto, Ferràs advirtió de que ya están en marcha algunos cambios geopolíticos. “Un ejemplo claro es el caso de Italia que durante la crisis del COVID-19 no encontró respuesta en la Unión Europea y acudió a China”.

Otro ejemplo es Alemania. “El país más innovador del mundo en 2020 según Bloomberg”, citó Ferràs quién recordó que “durante la última crisis Alemania hizo recortes en todos los ámbitos menos en educación y en I+D”. Los casos alemán e Italiano muestran una Unión Europea donde sus estados miembros ya actúan autónomamente poniendo de relieve la debilidad del marco de la Unión. Un marco político “de futuro incierto”, según el experto de ESADE.

En relación con el segundo punto, la economía global, Xavier Ferràs, explicó que “pasaremos de un modelo de supply chain a uno de superclusteres”. La mayor parte de ellos se implantarán en Asia aunque se mantendrán algunos ya consolidados como Silicon Valley.

La otra gran tendencia es el freno de la deslocalización de la industria. “Con la automatización de las fábricas su ubicación geográfica cada vez será menos relevante”, indicó Ferràs. Esto supone un giro importante respecto a lo que venía sucediendo hasta ahora: “se vuelve a valorar la implantación de industrias en el territorio”

REFUERZO DEL ESTADO

“Los estados van a jugar un importante papel en el mundo post-COVID”, aseguró Xavier Ferràs. Después de años de neoliberalismo el escenario creado por la pandemia ha puesto de relieve la importancia de la colaboración público-privada.

El experto de ESADE subrayó que, en el camino para encontrar la vacuna para el COVID-19, la cooperación entre empresas y administración será muy importante y se mostró convencido de que “la vacuna se obtendrá”.

Ferràs recordó que a pesar de las políticas liberales promovidas por los Estados Unidos en el plano económico, estas siempre tuvieron detrás un impulso estatal. “Un ejemplo lo tenemos en la NASA, otro muy significativo en ARPANET, la red de ordenadores creada en 1969 por encargo del Departamento de Defensa, que sería el origen de Internet”.

Como contrapunto señaló que los big tech continúan superando a algunos estados en capacidad económica: “Amazon está gastando más de 22.000 millones de dólares anuales en I+D, más que el presupuesto español para este fin”.

Finalmente, citó a Alemania y a su formula de apoyo público-privado a la política industrial y tecnológica “como la prueba de que el estado puede ser un gran tractor si adopta una estrategia adecuada”. Una formula “que podría servir de modelo a España”, resaltó.

RENTA BÁSICA UNIVERSAL Y NECESIDAD DE LIDERAZGO

El impacto del COVID-19 y del cambio tecnológico en el tejido social será inevitable. Existe un impacto a corto plazo relacionado con la pandemia. Pero hay otro a más largo plazo, en este caso vinculado a una tendencia irreversible: la automatización y la progresiva sustitución del trabajo humano, que culminará a mediados del siglo XXI.

La tensión entre abundancia y desigualdad lleva a una seria toma en consideración de la Renta Básica Universal. Según Xavier Ferràs, “existen visiones contrapuestas sobre su alcance pero vale la pena abrir el debate para estar preparados cuando se tenga que aplicar”.

Hay otro problema por resolver que se ha puesto de manifiesto con el COVID-19: “no ha sido una crisis de conocimiento ni de capital, sino una crisis de capacidad organizativa, en definitiva de liderazgo”. Y añadió que “necesitaremos líderes porque los mercados no nos van a sacar las castañas del fuego”. Campos como la biología sintética o la IA prometen grandes beneficios, aunque deberán estar sometidos a un escrutinio público para el que harán falta personas con criterio.

A pesar de las incertidumbres expuestas, Xavier Ferràs se mostró optimista ante el porvenir. Concluyó recordando un texto de John Stuart Mill, de 1848, en que el economista hacía referencia a la capacidad de los países para superar las peores calamidades naturales o derivadas de la civilización.